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Lunes 29 Abril 2024
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Estrategia de Póquer
Errores comunes de los principiantes en el póquer
Apostar fuera del turno.
Usted debe esperar hasta que el jugador de su derecha actúe. Si usted apuesta fuera de tiempo, esto le dará una injusta ventaja al jugador que aún no actuó. Si usted sube fuera de turno un jugador que podría haber aceptado, puede retirarse. O si usted se retira fuera de turno le estará dando la ventaja al jugador de su izquierda quien ahora sabe que usted no va a subir. No saber cuál es la apuesta.
Usted debe saber cuál es la apuesta cuando sea su turno. En un juego limitado, después del turn, las apuestas duplican la suma anterior y posterior del flop. También debe estar atento si la apuesta fue subida. Retirarse en lugar de pasar.
Ciertas veces, al jugador no le gusta el flop o el turn y se retira inmediatamente cuando le llega su turno. Si usted es el primero en actuar, puede pasar. Si alguien más pasa, usted puede ver la próxima carta, gratis. Lo mismo ocurre si todos pasan antes de que llegue su turno, entonces también usted debe pasar. La carta gratis puede hacerle la mano. Echar fichas al pozo.
Ubique su apuesta frente a usted. De esta manera, el dealer ve que su apuesta es correcta. Él la recogerá y la colocará en el pozo. No proteger sus cartas.
Ubique sus manos o una ficha sobre sus cartas. Si las cartas de otro jugador se mezclan con las suyas, su mano será declarada muerta. Tirar las cartas ganadoras (descarte)
Las cartas hablan por sí solas. No tire sus cartas inmediatamente si otro jugador llama por una mejor mano. El dealer declarará al ganador de la mano. Usted puede ser el ganador. No controlar sus emociones.
Controle sus emociones. La mesa no es el lugar indicado para lenguaje tonto o rabietas. No serán tolerados. Además, eso lo hace verse a usted como un tonto. Jugadores veteranos y principiantes de vez en cuando cometen este error.
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| Más Excelencia de Hold'em: Un ganador para la vida |
Las mismas jugadas perdedoras son frecuentemente repetidas aún cuando los jugadores saben hacerlo mejor. En realidad, algunos jugadores las repiten aún cuando ellos saben jugar mejor. Con frecuencia, los jugadores parecen disfrutar más haciendo malas jugadas que haciendo buenas, especialmente cuando ese largo-corto juego comienza a terminar. Quizás esto intensifique el sentido de acción de cada uno expandiendo y enriqueciendo una de las emociones más sublimes: apostar y ganar – contra todas las probabilidades.
Un jugador recreativo que yo conozco – llamémoslo Fred – comete el mismo error con una regularidad exasperante. A pesar de haberlo discutido conmigo en más de una ocasión, él insiste en hacer el mismo juego una y otra vez.
Ya que situaciones como esta ocurren todo el tiempo en Hold'em, es muy instructivo. Fred estaba en la última posición y encabezaba la vuelta Michael – un jugador mejor que el promedio – quien aceptó “blinds” desde la tercera posición. No había habido subidas previas y ambos blinds se retiraron cuando Fred apostó en el flop.
Fred tenía Qc-9c. El flop era Qd-8t-7p. La carta del turn era 7d. Su oponente pasó. Fred apostó, Michael se retiró y Fred ganó un pozo pequeño.
Veinte minutos más tarde, se dio una situación casi idéntica entre Fred y Michael. Esta vez Fred estaba en la séptima posición y aceptó en un pozo que no había sido subido, con Qt-10t. El flop trajo Qc-7p-5t. Los blinds y Michael pasaron. Fred apostó, los blinds se retiraron y Michael aceptó. Esta vez la carta del turn era 3c. Una vez más, Michael pasó y Fred apostó. Michael, esta vez, no botó su mano. Subió. Fred aceptó la subida con una serie de apuestas en el river, hasta que se topó con el juego de sietes de Michael.
Más tarde ese día me encontré con Fred en la cafetería, y él estaba reflexionando acerca de cómo debería haber jugado esa mano. Yo le sugerí que podría haber pasado el turno anterior a Michael. Cuando él tenía la mejor mano, el pasar de Fred debería haber inducido a una apuesta de Michael en el river – pensando que puede estar en condiciones de robar el pozo. Al pasar el turno, Fred podría haber ganado otra apuesta aceptando el “fanfarroneo” de Michael – un fanfarroneo sacado de la demostración de debilidad cuando pasó su turno. Fred, sin embargo, representó una buena mano cuando apostó en su turno y Michael hizo la jugada correcta al botar su débil mano.
En el segundo ejemplo, si Fred pasa, frustra el intento de Michael de subir la pasada. Seguro, Michael apostará en el river y Fred probablemente aceptará, con el mejor par. Pero al final se habrá ahorrado una o dos apuestas en el proceso.
Cuando usted apuesta en su turno con un buen par y un kicker mediocre, usted está esperando que su oponente también tenga un buen par aunque con un kicker peor que el suyo – o usted cuenta con que él aceptará con el segundo par o peor. Mientras que hay algunos jugadores que, sin excepción, aceptan con el segundo par, éstos son muy pocos.
Pero, ¿que hizo Fred? Él siguió apostando en situaciones donde probablemente él era el más débil. Recuerde, a menos que usted piense que su apuesta va a hacer que una mano más fuerte se retire, usted probablemente deba pasar a no ser que piense que tiene la mejor mano para el momento de ser aceptado.
Si usted tiene Q-10 o Q-9 y es aceptado por otra reina, es más probable que su oponente tenga Q-J o K-Q que una mano basura como Q-8. Esto probablemente sea verdad aunque éste sea un jugador promedio, ya que es usual que el jugador más débil aceptre desde una posición temprana con manos débiles como Q-8.
Además, los jugadores más razonables no apostarán a una mano como Q-8 por valor. Sin embargo, dada la oportunidad, ellos se vanagloriarán con esto – especialmente cuando usted representó una mano débil pasando tras ellos en el turn.
Eso es lo que usted quiere que ellos hagan. No tiene ningún sentido aporrear a un oponente que probablemente se va a retirar con el primer sonido de las fichas entre sus dedos. Conducir a alguien – que usted espera que apueste – hacia fuera, cuesta dinero. Los jugadores con manos débiles necesitan estímulo – y movimientos gentiles aplicados con cariño, sólo pueden ayudarlos e inducirlos al fanfarroneo.
Pero cuando ese mismo oponente tiene una gran mano y pasa, no necesita ninguna ayuda. Él está esperando que usted apuesta así podrá subir. Él no pasó porque teme que su juego sea vencido. Después de todo, ¿qué puede vencerlo? No mucho. En nuestro ejemplo no hay ningún flush en la mesa, y cuando una escalera es posible, es decididamente remoto. Ya que el pozo no ha sido subido antes del flop, la posibilidad que Michael pierda por un juego mejor es aún más remota.
Cuando su oponente tiene un juego, éste se vuelve gordo y feliz. Le gustaría verlo a usted con un buen par, o mejor aún, con dos pares. Algo que lo obligue a usted a subir con una mano débil, él lo considerará un envío de dios.
Examine su propio juego. Si usted juega como lo hace Fred, usted estará en una situación de “ganar con la cabeza, perder con el rabo”. Cuando usted tiene la mejor mano y piensa que la mano de su oponente es tan marginal que él no subirá su apuesta, usted debe darle la oportunidad de fanfarronear con el objetivo de extraerle una apuesta adicional. Y al pasar usted después de su oponente, cuando éste tiene una gran mano, usted le está negando la oportunidad de subir la pasada. Recuerde, una vez subida la pasada, usted estará a la defensiva y obligado a decidir si aceptar la subida de su oponente en el turn así como su inevitable apuesta en el river.
Por alguna razón que aún no he descifrado, Fred revirtió esta situación. Apuesta cuando debe pasar con el objetivo de inducir a un fanfarroneo, y también apuesta cuando es posible que las manos que aceptan, lo venzan. No es suficiente pensar “tengo una gran mano, debo apostar”. Usted debe considerar qué es lo que su oponente está por hacer. Y si él se está inclinando levemente a hacer lo que usted quiere que haga, cualquier movimiento, por más pequeño e imperceptible, será suficiente inclinarlo de esa manera.
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